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¿En qué se parece el entrenamiento del triatleta al de un vendedor exitoso?

Hay una metodología para las ventas, así como para hacer triatlón. De tu estado físico y mental como deportista, depende en qué fase del proceso te encuentras y así puedes decidir cuál es tu siguiente paso para evolucionar. En las empresas ocurre lo mismo. Te cuento cómo llegué a esa conclusión.

Por Kathy Ydrovo

Antes de convertirme en triatleta, hacía entrenamiento funcional. Pero un día mi preparador físico me dijo: “Ya llevamos mucho tiempo en la misma dinámica; es momento de ponernos un objetivo”.

Antes de eso, corría medias maratones y 10 K, pero en una época me lesioné y las dejé de lado. Le había cogido mucha pereza al running, así que cuando mi entrenador me soltó: “¿Por qué no te pones un objetivo nuevamente?”, le contesté medio en broma: “Si quieres que corra 10 kilómetros en menos de una hora, lo hago”.

En ese entonces, lo hacía, pero sin entrenador, y nunca había bajado de la hora. Me respondió: “Listo” y en solo un mes de preparación con él, corrí la Carrera de la Mujer y logré mi objetivo.

De lo primero que me di cuenta es que el mundo es muy distinto sin entrenador que con él. Es decir, con entrenamiento que sin entrenamiento.

Luego me propuso: “¿Por qué no nos metemos a hacer triatlón?”. Al comienzo creí que estaba loco, porque yo ni siquiera sabía montar bicicleta, pero luego pensé que estaría bien si lo hacíamos juntos. Así que nos volvimos triatletas y formamos un equipo.

Yo era su conejillo de Indias. Estudiábamos con frecuencia —le dedicaba mucho tiempo a ello— y una de las preguntas que más le hacía era por qué me ponía esos entrenamientos y no otros. Ahí fue que me confesó: “Tú eres buena de fondo”. Es decir, era buena de corazón o de resistencia, pero no era rápida. “Eso no significa que te vaya a poner a correr veloz hoy”, agregó. De hecho me acuerdo que me explicó con una gráfica que por mi edad y por mi condición, encontraría un límite. “Pero estás en el mejor momento para hacer triatlón, porque después de los 40 años es cuando a uno se le ‘despega’ el fondo y por eso hay triatletas que son mayores”.

Empecé a tener conversaciones de ese estilo con él y luego de cuatro años entendí la forma como me entrenaba: por etapas, desarrollándome habilidades poco a poco según mis propias fortalezas.

Un día, en una conversación con mi hermana Carolina, socia de Kolvoz, sobre cómo le explicábamos a los clientes lo que tenían que hacer, llegamos a la conclusión: “Quieren ejecutar todo al tiempo y de una, y eso no se puede. Hay que mirar en qué etapa está la empresa, cuál es su fortaleza y cómo va desarrollando otras habilidades”. Y fue ahí cuando hice el clic entre el entrenamiento en ventas y el triatlón.

Al inicio de mi proceso como triatleta, mi preparador me ayudó a potenciar mis fortalezas y luego tuve que desarrollar habilidades en las que no era fuerte. Así nació mi charla: “Acelera tus ventas con mentalidad de triatleta”.

A la primera etapa la llamé “Fondo”, a la segunda “Resistencia” y a la tercera “Detalles”; en esta última unía todo. En triatlón, entre una disciplina y otra, hay algo que se llama transición y ese momento está lleno de detalles: cómo pones las zapatillas y el casco, dónde guardas el alimento… Pero además no solo eran los detalles de practicar el deporte y desarrollar ciertas habilidades, sino también empezar a realizar cambios en lo que comía, en cómo dormía y hacía fuerza o entrenaba abdominales. Eso se convierte en tu estilo de vida.

Y eso mismo ocurre cuando eres vendedor: tienes que tener un estilo de vida que incluye cómo estudias, cómo te preparas y preparas a tu equipo, y cómo entrenar para ir alcanzando las metas.

Al final dije: “Dentro de mí, en mi mentalidad, en mi estilo de vida, todo encaja como un rompecabezas. Tengo una metodología para desarrollar lo que hago, tanto en el deporte como en el trabajo”.

Ahora bien, a los triatletas a veces nos dicen que no somos capaces de hacer un solo deporte perfectamente, entonces practicamos tres mal. Porque si nos comparamos con un ciclista o con un atleta, que entrenan todos los días el mismo deporte, y nosotros, que solo lo hacemos un par de veces a la semana, quienes se dedican de lleno, llevan las de ganar.

Eso me hizo pensar que algo similar le pasa a los vendedores y es que tienen un gusto innato por hacer muchas cosas. Cuando les preguntas en una entrevista de trabajo “¿por qué quieres ser vendedor?”, por lo general responden: “porque me fascina conocer gente”, “porque me encanta interactuar”, “porque adoro viajar”, “porque me gusta estudiar”.

Y es que las personas a las que nos interesan muchas cosas, nos pasa que tenemos dificultades para saber cómo organizar todo hacia un solo objetivo. No se trata de no hacerlas, pero sí de tener una estructura y una metodología para enfocarse y que así te vaya bien.

Así que si quieres que tu equipo comercial venda con mentalidad de triatleta y que lo acompañe en cada etapa de su evolución para sacar a flote su máximo potencial, escríbeme al WhatsApp +57 300 2061779.